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«El núcleo de la Tierra se ha parado… y podría estar girando al revés»: el descubrimiento que ha dejado locos a los científicos

abril 24, 2025

Una noticia que parece de ciencia ficción ha sacudido a la comunidad científica esta semana: un grupo de científicos de la Universidad de Pekín (China) ha revelado que el núcleo interno de la Tierra podría haberse detenido por completo, y lo más flipante es que ahora estaría girando en sentido contrario al que lo hacía antes. No es broma ni una teoría conspiranoica, es un estudio publicado en una revista científica seria: Nature Geoscience.

Y claro, cuando lo leímos en clase no sabíamos si reírnos o empezar a hacer un búnker. Porque, ¿qué significa que el centro del planeta haya dejado de girar? ¿Va a pasar algo? ¿Nos afecta? ¿Es el principio de un apocalipsis raro? Bueno, calma. Vamos a explicarlo bien.

¿Qué es eso del núcleo de la Tierra y por qué es importante?

Primero, hay que entender qué es el núcleo. La Tierra está hecha por capas, como una cebolla. Y en el centro está el núcleo interno, una especie de bola de hierro supercaliente (unos 5.000 °C), casi del tamaño de la Luna. Está rodeada por el núcleo externo, que es líquido, y sobre todo eso ya vienen el manto y la corteza, donde vivimos nosotros.

Durante mucho tiempo se pensaba que el núcleo giraba al mismo ritmo que el resto del planeta, pero hace unas décadas se descubrió que en realidad gira un poquito más rápido. Esto se sabe porque cuando hay terremotos, las ondas sísmicas atraviesan la Tierra y rebotan diferente según el estado y el movimiento de esas capas internas.

Ahora, analizando terremotos que ocurrieron desde los años 60 hasta hoy, los científicos han encontrado algo rarísimo: el núcleo habría estado frenando su rotación poco a poco hasta detenerse… y ahora, estaría empezando a girar en sentido contrario.

¿Esto ha pasado antes?

Lo más sorprendente es que sí. Según los datos del estudio, este fenómeno parece ocurrir cada 60 o 70 años. Es como si el núcleo hiciera una especie de “vaivén” o ciclo regular: gira un poco más rápido que la Tierra durante un tiempo, luego se detiene, luego gira al revés, y así.

El último cambio habría ocurrido a principios de los años 70, y ahora estaríamos justo en el siguiente punto del ciclo. O sea que no es la primera vez que pasa. Pero claro, en aquella época no teníamos ni la tecnología ni los datos para darnos cuenta.

Lo bueno es que no hay señales de que esto haya causado catástrofes en el pasado, pero también es verdad que todavía no entendemos del todo cómo afecta esto al planeta.

¿Nos afecta a nosotros? ¿Se va a acabar el mundo?

A ver, por ahora no hay pruebas de que este fenómeno cause terremotos, tsunamis o desastres inmediatos. Pero sí podría tener efectos indirectos, y ahí es donde los científicos se están rayando un poco.

Por ejemplo:

  • Podría afectar al campo magnético terrestre, que es como un escudo invisible que nos protege de la radiación solar. Si ese escudo cambia o se debilita, podríamos tener más tormentas solares, problemas con los satélites, o incluso apagones eléctricos.
  • Podría influir en la duración de los días. Sí, como lo lees: el giro del núcleo tiene una relación con la rotación del planeta. Se estima que podría afectar la duración del día… pero hablamos de milisegundos, o sea, nada que se note en el reloj.
  • También hay quien dice que estos cambios podrían tener efectos climáticos a largo plazo, aunque esa parte aún está llena de interrogantes.

¿Y cómo saben que el núcleo se ha parado?

No han mandado una sonda al centro de la Tierra (aunque molaría). Todo se sabe gracias a las ondas sísmicas, que viajan por el planeta cuando hay terremotos. Analizando cómo esas ondas rebotan en el núcleo, se puede saber si está sólido, líquido, si gira, y en qué dirección.

Los científicos compararon datos de terremotos que ocurrieron hace 50 años con otros recientes, y vieron que algo había cambiado. La única explicación lógica era que el núcleo había modificado su velocidad de rotación, y ahora parece estar girando en sentido opuesto.

Eso sí, algunos expertos no están del todo convencidos. Dicen que faltan más datos y que puede haber otras explicaciones. Pero el estudio ha abierto un debate gigante en la comunidad científica.

¿Esto cambia nuestra forma de ver el planeta?

Muchísimo. Nos hace darnos cuenta de que no conocemos del todo cómo funciona la Tierra por dentro. Nunca hemos perforado más allá de unos 12 kilómetros, y el núcleo está a más de 6.000 km de profundidad. Todo lo que sabemos se basa en estimaciones, simulaciones y ondas sísmicas.

Este descubrimiento podría hacernos repensar muchas teorías sobre cómo se genera el campo magnético, sobre la dinámica interna del planeta, e incluso sobre el origen de terremotos o el comportamiento del clima en escalas grandes de tiempo.

Entonces… ¿es para asustarse?

No, pero sí es para estar atentos. No es el fin del mundo ni un desastre inminente, pero es una señal de que el planeta está más vivo de lo que pensamos. Aunque parezca estable, por dentro están pasando cosas enormes que no vemos.

También es una llamada de atención: necesitamos más inversión en ciencia, en estudios geológicos, y en tecnologías que nos permitan entender mejor la Tierra. Porque si algún día el núcleo llegara a afectar cosas como el campo magnético o el clima de forma directa… es mejor estar preparados.