Saltar al contenido

Cómo ahorrar con cabeza

abril 24, 2025

Ahorrar dinero suena fácil cuando te lo dice un adulto que tiene trabajo fijo, coche y casa propia. Pero cuando eres estudiante, vives con tus padres o tienes solo lo que te dan de paga (si tienes suerte), la cosa cambia mucho. Aun así, ahorrar es posible. No hace falta ser un experto en economia ni tener una app rara para controlar cada euro, solo hay que tener un poco de cabeza y saber en qué se te va el dinero. En este texto te voy a contar algunas ideas que a mí me han servido (y otras que me han contado mis colegas) para no quedarme pelado a mitad de mes.

¿Por qué es importante ahorrar?

Primero, lo más básico: ¿por qué ahorrar? La respuesta corta es porque nunca sabes lo que puede pasar. Puede que un día necesites dinero para algo urgente, como arreglar el móvil, comprar un regalo para alguien importante o simplemente salir con tus amigos y no tener que decir «no puedo, estoy sin un duro».

Además, si consigues ahorrar aunque sea un poco cada mes, puedes usarlo para algo más grande en el futuro, como un viaje, un ordenador nuevo, ropa buena que te dure años o incluso sacarte el carnet de conducir. No se trata solo de guardar por guardar, sino de tener un objetivo. Eso te motiva más.

También hay otra cosa que poca gente dice: ahorrar te da libertad. Si siempre estás justo de dinero, vas a depender de tus padres o de favores. Pero si tienes algo guardado, puedes tomar decisiones por ti mismo. Aunque sea poco, ese “colchoncito” te da confianza. Y eso vale más que cualquier capricho de un finde.

Paso 1: Saber en qué se te va el dinero

Puede parecer obvio, pero mucha gente no tiene ni idea de cuánto gasta cada semana. A mí me pasaba: me daban la paga el viernes, y para el martes ya no sabía dónde había ido a parar. La clave está en observar tus hábitos. Durante una semana, apunta TODO lo que gastas, aunque sea 1 euro para una botella de agua. Verás que hay cosas que no necesitas de verdad.

Muchos de mis amigos se sorprenden cuando hacen esto. Algunos se gastan más en cafés que en transporte. Otros se dan cuenta que se compran ropa cada mes solo por aburrimiento. Es como un espejo, y a veces no gusta lo que ves, pero es necesario. Conocer tus gastos es el primer paso para cambiarlos.

Otra forma buena de ver tus gastos es mirar el historial de tu tarjeta o app del banco. Ahi te salen todas las compras y puedes ir apuntando lo que era necesario y lo que fue puro capricho.

Paso 2: Ponte un límite y un objetivo

Una vez sepas lo que sueles gastar, puedes hacer algo muy útil: ponerte un límite. Por ejemplo, decir “esta semana solo me gasto 15 euros en salir” o “solo me compro algo si me queda más de 20 euros en la cartera”. Parece tonto, pero tener esa “norma” te ayuda a decidir mejor.

Y lo más importante: tener un objetivo de ahorro. No sirve de mucho decir “quiero ahorrar”, si no sabes para qué. Mejor decir “quiero ahorrar 100 euros para el verano” o “voy a guardar 10 euros cada mes para el viaje de fin de curso”. Cuando tienes una meta, te motivas más y piensas dos veces antes de gastar.

Incluso puedes dividir el dinero. Por ejemplo: de tu paga, una parte para gastos, otra para ocio, y otra para ahorro fijo. Y si un mes te sobra algo, guárdalo también. Cuanto más constante seas, mejor resultado tendrás.

Paso 3: Trucos para gastar menos sin sufrir

Aquí van algunos trucos que he probado o que me han recomendado. No son milagros, pero ayudan un montón si los haces seguido:

  • Lleva comida de casa: suena aburrido, pero si te llevas un bocata o algo preparado en vez de comprar en el bar o el súper, te ahorras un montón. En vez de gastar 4€ al día, te gastas 0 o 1. Multiplica eso por 20 días y verás.
  • Evita las compras por impulso: si ves algo que te gusta (ropa, tecnología, etc), espera 24h antes de comprarlo. Muchas veces te das cuenta de que no lo querías tanto.
  • Compra en grupo: si vas al cine o a algún plan, a veces hay descuentos si compras en grupo. También para pedir comida. Habla con tus colegas y organizaos.
  • Aprovecha las ofertas de verdad: no todas las rebajas son rebajas. Compara precios, y si algo está realmente más barato, ahí sí vale la pena.
  • Haz planes gratis o baratos: no hace falta gastar para pasarlo bien. Quedar en casa de alguien, ir al parque, ver pelis juntos… hay mil formas de disfrutar sin soltar pasta.
  • Evita los “gastos vampiro”: esas cosas que no notas pero están ahí cada mes: suscripciones que no usas, apps de pago que ni recuerdas, datos móviles extra… revísalo todo y elimina lo que no uses.

Paso 4: Guarda el dinero donde no lo veas

Un truco que me sirve mucho es separar el dinero que quiero ahorrar y meterlo en otro sitio. Puede ser una hucha, una cuenta aparte, o incluso dárselo a tu madre y decirle “no me lo des hasta que te lo pida para esto”. Si ves el dinero todo el rato en la cartera o en el móvil, es más fácil gastarlo sin pensar.

También hay apps que te ayudan a guardar dinero poco a poco. Algunas te redondean cada compra y guardan la diferencia. No es magia, pero ayuda a ir sumando sin que te des cuenta. Otras te permiten hacer “sobres virtuales” para separar tu dinero en objetivos: ropa, ocio, ahorro, etc.

Otra opción es el típico truco del sobre físico: cuando cobres, mete el dinero en sobres etiquetados con cosas como “transporte”, “comida”, “ahorro”, “salidas”. Así sabes cuándo te estás pasando y cuándo puedes permitirte un capricho.

Paso 5: No seas demasiado duro contigo mismo

Ahorrar está bien, pero tampoco te vuelvas loco. No se trata de no salir nunca ni de vivir como un monje. Si un día te gastas más, no pasa nada. Lo importante es que sea la excepción, no la regla. La clave es el equilibrio: darte caprichos a veces, pero con cabeza.

No hace falta convertirte en un tacaño. Hay gente que ahorra tanto que al final no vive. No tiene sentido estar todo el día sufriendo por cada euro. Ahorrar debería ayudarte a estar más tranquilo, no más estresado. Si sientes que te estás rayando demasiado, para y respira.

Tampoco te compares con los demás. A veces parece que todo el mundo tiene más dinero, pero muchas veces no es así. Hay gente que se gasta lo que no tiene solo para aparentar. Otros tienen padres que les dan más o menos. Cada uno va a su ritmo y tiene su propia situación. Lo importante es que tú sepas llevar la tuya.